
¿Eres de los que sueñas con haber vivido esa época de grandes palacios, fiestas suntuosas, manjares y rostros bien maquillados? Pues en este artículo te diré algunos secretos que pudieran cambiar tu opinión. Te cuento que bañarse en la Edad Media no era precisamente uno de los hábitos más populares en la sociedad. La gente se lavaba poco o lo hacía en seco, evitando el uso del agua. Aquí sabrás por qué…

Algunas creencias…
Bañarse en la Edad Media no era muy bien visto. Esto se explica por la creencia de que la salud del cuerpo y la del alma dependía en gran manera del equilibrio entre los cuatro humores; que se suponía que integraban el cuerpo: sangre, pituita, bilis amarilla y atrabilis.
Raras costumbres de la Edad Media
El hedor del cuerpo humano se amortiguaba con perfumes. La falta de baños no molestaba, incluso en Versalles no había ni una sola letrina. En su lugar habían largos pasillos cubiertos por unas pesadas cortinas, donde hacían sus necesidades fisiológicas. Fue entonces que los perfumes adquirieron mayor popularidad.

En el interior de las casas nobles o burguesas existían bañeras, pero no se aconsejaba usarlas mucho y sobre todo no permanecer en ellas durante mucho tiempo. El agua se rechazaba tanto, que antes de la Revolución francesa París sólo contaba con nueve casas de baño. En cambio, la suciedad no representaba un riesgo para la salud; al contrario, se consideraba que servía para proteger la piel, del mismo modo que las pulgas, los piojos.
Papel de la iglesia

La iglesia ejerció una influencia no solo sobre lo moral, sino también sobre las prácticas corporales cotidianas de la población, el Clero quiso prohibir los baños públicos por el peligro que suponían el contacto y la desnudez.
El baño privado también se censuraba, era inmoral la exploración del cuerpo sobre todo la de las partes genitales. Por todas estas razones, las prácticas de higiene eran rápidas y muy selectivas. Al levantarse, los adultos y los niños se peinaban y se frotaban ciertas partes del cuerpo con paños secos, dando mayor importancia a los lugares más expuestos a la vista.
En el siglo XVIII, el jabón era un producto caro, debido a la dificultad de obtener potasa, su ingrediente principal.
Cómo ocultaban la suciedad
Llevar un vestido limpio estaba muy ligado a la posición social, cuanto más rico se era, más se cambiaba de vestido. Muy a menudo no se intentaba eliminar la suciedad, sino disimularla con productos que cubrieran las imperfecciones de la piel y blanquearan. Se frotaba la misma con pastillas de jabón de Florencia o de Bolonia, con perfume de limón o de naranja o lavarse la cara con vinagre perfumado.
Pero con el progreso del hedonismo y la lenta liberación de los tabús corporales, bañarse se asoció también con el placer. Así las mujeres de la clase alta tomaban baños perfumados con leche o frambuesa. Durante mucho tiempo la mayoría de la población evitó utilizar el agua para bañarse, habría que esperar hasta las primeras décadas del siglo XIX, para que se empezara a generalizar el uso higiénico del agua.
Después de saber todas estas cosas, sigues teniendo la misma opinión sobre la edad media? Déjanos tu opinión en los comentarios.